Son dispositivos capaces de almacenar la energía que proviene de las placas solares en forma de energía química y, posteriormente, usando procedimientos electroquímicos, producir energía eléctrica. En las baterías solares este ciclo puede repetirse un determinado número de veces, por ejemplo, las de descargas profundas lo pueden repetir muchas veces.

La transformación de energía se repetirá constantemente y dependerá del uso que se le dé, lo que marcará su vida útil. Existen baterías para placas solares que con un buen mantenimiento pueden llegar a durar 15 años aproximadamente. La batería debe tener energía acumulada para poder utilizarse y se mide en voltios.

El principio de funcionamiento de las baterías solares se basa en el proceso químico de reducción-oxidación (redox), en el cual uno de los componentes se oxida (pierde electrones) y el otro se reduce (gana electrones).